Tipos de sal para cocinar

La sal, ese elemento fundamental que no puede faltar nunca en las estanterías de nuestras cocinas. Hay quien adora los alimentos bien condimentados y quien opina que enmascara el sabor natural de nuestros platos. Hay quien tiene buena mano al cocinar y sabe siempre la cantidad justa a añadir y quien no acierta con el famoso puñado de sal, sacando platos sosos o sabrosos en exceso. Y hay quien sólo utiliza la sal de toda la vida para cocinar y quien se atreve a transformar sus recetas con la gran variedad de tipos de sal existentes. ¿Aún no los conoces? Sigue leyendo y te sorprenderá descubrir un paraíso de sabores desconocido por muchos.

La sal común: la de toda la vida

La reina de la cocina. Su base es el cloruro sódico que se obtiene por un proceso industrial en laboratorios, y en ocasiones se le suman otros componentes como flúor o yodo para enriquecerla. También se le añaden con frecuencia ciertos aditivos que evitan que se apelmace o se cristalice. La sal final es la sal de mesa que todos hemos usado tanto en alimentos crudos como cocinados, mientras que la sal gruesa se caracteriza por cristales de mayor tamaño y se emplea típicamente a la hora de salar carnes o pescados.

En ocasiones se mezcla con otros elementos para aportar una sal con sabor propio, como la sal con yuzu, o se modifica en laboratorio sustituyendo aproximadamente dos terceras partes del sodio por otros elementos, facilitando así su consumo en personas que poseen una tensión arterial ligeramente elevada. Esta sal baja en sodio se conoce como hiposódica y suele incluirse en las dietas de las personas hipertensas.

Sal marina o céltica: la tradición del mar

Esta sal se elabora de forma tradicional al extraerse del mar, evitando su contacto con metales y permitiendo el proceso natural de evaporación del agua. La sal de mar tiene hasta 84 elementos nutricionales y se caracteriza por una estructura que, sorprendentemente, es similar a la de nuestros fluidos corporales. Esta sal céltica se ha asociado a diferentes remedios para preservar la salud, y es comúnmente recomendada para las personas que padecen de enfermedades cardiovasculares. Es por tanto una fuente de salud perfectamente compatible en una dieta equilibrada, además de aportar el frescor del mar a nuestras recetas.

Una de las variedades más conocidas de este producto es la sal de algas, que se obtiene al enriquecer con esencia de algas marinas durante el proceso de secado al sol a la sal extraída del mar. El resultado final es una sal exquisita que acompaña especialmente bien a pescados y guisos marineros.

Flor de sal: un producto artesanal

La flor de sal es un producto de origen artesanal que se produce mediante la retirada de la capa superior de sal en los bancos. Esto implica obtener una menor cantidad de sal, por lo que su valor es más alto. Esta sal es más rica en nutrientes, mantiene un nivel constante de humedad, carece de yodo o flúor, Al ser una pequeña cantidad de sal la que se obtiene, su elaboración es limitada y su valor más alto, pero también es mucho más rica en nutrientes.

Una de las ventajas de su uso en cocina es que no se disuelve, de ahí que se añada al final de las recetas para aportar una textura crujiente y un sabor más fuerte. Por otro lado, su alto contenido de minerales y bajo valor en sodio la capacitan para las recetas de repostería que incluyen sal en su elaboración. Así se ha ganado el título de “sal moderna” por sus múltiples propiedades gastronómicas y se ha convertido en la sal gourmet por excelencia.

Sal en escamas: la famosa Maldon

De uso hasta cierto punto extendido, estos cristales de sal en forma de lámina (escamas) son aplicados frecuentemente en múltiples platos muy variados, desde parrilladas de verduras hasta chuletones a la plancha. Además de su presentación estéticamente atractiva, en los últimos años se ha mezclado con diferentes condimentos como aceitunas negras, pimientas e incluso chili, aportando un nuevo sabor a una textura que siempre sorprende.

Sal del Himalaya: la sal rosa más pura

La sal del Himalaya, tal y como indica su nombre, es extraída de esta cordillera y de océanos primitivos ya secados tras millones de años, como el de los Andes. Si bien su estructura tiene variaciones ligeras respecto a la sal de mar, una de las características más destacadas de esta sal es su gran estado de pureza. Conservada a niveles de altura muy elevados, su producción es limitada y conlleva un costoso proceso de extracción.

sal del himalaya

La otra característica es su conocido tono rosado, variando desde el rojo suave hasta el blanco traslúcido. La explicación detrás de esta coloración se basa en la presencia de óxido ferroso en su composición. El consumo de esta sal tiene una gran cantidad de beneficios tales como la eliminación de la acidez a nivel celular y el control de la retención de líquidos; contribuye además a una mejor asimilación de nutrientes, mejora la circulación y tiene propiedades antioxidantes.

Sal roja o hawaiana: una sal única

Esta peculiar sal posee un llamativo color rojo y su nombre refleja su origen. Se trata de una sal marina extraída en las costas de Hawái con un elevado nivel de óxido de hierro, el cual proviene de la arcilla volcánica del territorio. Esta sal se extrae de forma natural y se asemeja en calidad a la sal marina, pero se distingue notablemente por su sabor.

Su consumo refleja en nuestro paladar un carácter ferroso particular, por lo que se usa con moderación en cocina para evitar un resultado excesivamente cargado de sabor. Es también complicado su uso en recetas con alimentos que se oxiden con facilidad, pero compensa este hecho al ser un complemento alimenticio ideal en dietas desintoxicantes.

Sal ahumada: un sabor que sorprende

Esta sal se elabora sometiendo a la sal a un proceso de ahumado por el cual obtendrá un sabor intenso. Se usa en cocina con determinados platos con los que combina perfectamente para potencia su sabor, y si bien no tiene beneficio nutricional adicional, la ventaja es que al realizarse con sal céltica incorpora los beneficios y propiedades que nos aporta su consumo.

Sal de bambú: prometedora y aún desconocida

Se trata de uno de los tipos de sal más curiosos por su proceso de elaboración. Producida especialmente en Corea y otras partes de Asia, posee múltiples e incluso todavía desconocidas propiedades nutricionales. Se elabora con sal de mar pura, la cual es introducida en cañas de bambú posteriormente se sellan con arcilla. Al subir la temperatura, en el interior surge un proceso químico por el cual la sal, el bambú y la arcilla intercambian componentes, muchos de los cuales son absorbidos mayoritariamente por la sal. De esta forma obtenemos un producto enriquecido notablemente y además purificado, dado que la caña de bambú absorbe impurezas y otros elementos contaminantes.

El resultado final es una sal que ha adquirido un sabor intenso y una textura particular, por lo que se debe usar en cocina con mucha moderación. Es sin duda una de las sales elaboradas más recomendables y con un potencial de crecimiento enorme según aumente su conocimiento.

Ahora ya tienes una visión mucho más amplia de los tipos de sal que existen hoy en día, y no cabe duda de que nuevas variedades surgirán con el discurrir del tiempo. El siguiente paso ya sabes cual es: elige la sal que mejor se adapte al resultado que quieres obtener, disfruta de lo que creas y atrévete a preparar una receta exquisita con un toque único.

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