Flor de sal: el caviar de las sales

Sal blanca, sal de mesa, flor de sal, sal “gorda”… definen distintas tipologías de ese granito que provoca que nuestras comidas diarias tengan un sabor especial y sabroso. Y es que no hay cocina española que se precie que no tenga uno o varios saleros, en los que se catalogan las distintas sales, para realizar platos de pescado, saborizar las carnes o dar un toque a tus ensaladas.

La sal más cotidiana es la refinada, destaca por su pureza y conservación, con un tono muy blanco, debido al tratamiento al que se somete. Pero, si lo que quieres es sacar al culinario que llevas dentro, es importante que conozcas otras sales, más distinguidas y con diferentes sabores según el tipo que elijas. Las tienes de todo tipo y para todos los gustos. Más saladas, amargas, gruesas, finas, rosa, negra… Sólo necesitas tu imaginación para crear platos únicos con los que dejar a tus invitados boquiabiertos.

Si lo que buscas es que tu plato destaque por sus propiedades, la sal del Himalaya- de origen pakistaní, gruesa y característica por su color rosado- o la sal negra- que proviene de la India y Hawái, muy fina y de origen volcánica- son ideales. Dan un toque especial a la comida y son perfectas para platos compuestos de pescado, carnes a la brasa y/o a la plancha.

Pero si hay una sal que sea reconocida, mundialmente, como el “caviar de las sales”, esa es la flor de sal. Un producto gourmet, muy natural, rico en nutrientes y apreciado por su alta calidad en nuestra dieta diaria. Esta sal no pasa por ningún proceso industrial, sino que se extrae de forma tradicional directamente de las salinas lo que hace que su sabor sea perfecto para combinar con ensaladas, verduras y carnes.

Sal natural, como la vida misma

La flor de sal es un producto muy apreciado, ya que es fascinante la imagen natural que nos regala en las salinas, con ese tono rosado, sin olvidar el sabor que da a todas nuestras recetas.

Aparece cristalizada en la superficie de las salinas marítimas, formándose de una manera muy curiosa y elegante. Habitualmente, se forma tras la puesta de sol, por el cambio de temperatura entre el día y la noche. El enfriamiento produce pequeños cristales de sal que se quedan en la superficie, de una forma más fina a diferencia de otras sales.

A la hora de su recolección tenemos que acudir a parques naturales, sin contaminación, donde no se modifica su sabor puro e intenso. Su característico color rosado, que apreciamos en su producción, desaparece posteriormente al ser recogida, por lo que al llegar a nuestra mesa, muestra un color blanco puro, sin olor y un sabor menos salado que la sal común.

En España, tenemos la suerte de poder encontrarla en distintos puntos geográficos como los Parques Naturales de Cabo de Gata-Nijar, en Almería; en las Salinas de Santa Pola, en Alicante; las Lagunas de la Mata y Torrevieja, en la Bahía de Cádiz; en de ses Salines d’Eivissa, en las Islas Baleares; y en el Parque Natural del Delta del Ebro, en Tarragona.

Su época de recogida es entre abril y septiembre, donde más se nota el cambio de temperatura entre el día y la noche favoreciendo su producción.

Su recolección se sigue haciendo de una forma muy tradicional, evitando toda clase de productos químicos que puedan modificar su sabor o nutrientes.

Para ello, se emplean utensilios de madera, con una fina malla y que, con suma delicadeza, evitan que al tocarla no vaya al fondo del estanque.

El sol y el viento serán los encargados de secar esta preciada sal durante un año. Este reposo natural, al aire libre, termina ofreciendo un producto muy puro, fino y crujiente.

Así que la próxima vez que pongas sal a tu vida, recuerda todo el trabajo, tiempo y dedicación que hay detrás de cada grano de tu salero.

Qué tiene que no tengan las demás…

Esta sal gourmet está compuesta de cloruro de sodio, magnesio y potasio, pero al crearse de esta forma tan especial hace que sea distintas a las demás. La flor de sal no puede pasar del 93% de cloruro de sodio, evitando la retención de líquidos.

Favorece la absorción de nutrientes y el metabolismo, ayudando a nuestra digestión. Ayuda a regular el nivel de PH de nuestro organismo y controla la presión sanguínea, a las personas hipotensas.

Si lo que buscas es potenciar el sabor de tus platos y crear una explosión de sabores mientras te cuidas, no te lo pienses más.

Deja volar tu imaginación, incorpora en tu dieta la flor de sal y da un toque salado a tu día a día.

¡Tu organismo seguro que te lo agradecerá!

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