Eco, bio y orgánico: ¿qué significan estas etiquetas?

Cada vez cuidamos más nuestros hábitos alimenticios y de consumo. Llevar una vida sana es importante para sentirnos mejor. Hacer un uso responsable de las materias primas que nos ofrece la tierra contribuirá a habitar un mundo más sostenible. Por eso, desde hace unos años nos suenan más términos como ‘eco’ (ecológico), ‘bio’ (biológico) y orgánico.

Eco, bio y orgánico: ¿hay diferencias?

La Comunidad Europea cataloga a los tres adjetivos como sinónimos. Son aquellos productos que no han sido tratados con ningún tipo de pesticida o producto químico, han sido cultivados respetando los ciclos de la naturaleza sin manipulación genética y proporcionan beneficios para el medioambiente y la comunidad agrícola local. No obstante, hay espacio para algunos matices entre los términos. ¿Quieres conocerlos?

Los alimentos ecológicos desarrollan sus etapas de crecimiento y producción en plena naturaleza, sin intervención artificial. Si una hortaliza es ecológica, la semilla será ecológica y la tierra y el agua no estará contaminada. Para hacerla crecer, no se habrá utilizado ningún fertilizante ni pesticida químico.

El ecoetiquetado es un distintivo con el cual podemos identificar los productos, materiales y servicios elaborados o estructurados a través de prácticas que contribuyen al cuidado y conservación del medioambiente. Según la clasificación de la Organización Internacional de Normalización (ISO), las ecoetiquetas se dividen en los siguientes tipos:

Sellos autorizados o ecoetiquetas

Están respaldadas por la norma ISO 14024. Implican que un organismo, de forma imparcial, ha certificado un producto o servicio de una empresa o marca, siguiendo estrictas normas ambientales.

Autodeclaraciones ambientales

Se guían por la norma ISO 14021. No requieren de la certificación de un tercero, ya que es la propia empresa fabricante la que cataloga al producto mediante algún emblema o escrito (envase reciclable o responsable con el medio ambiente). Ofrecen una seguridad menor al cliente.

Declaraciones ambientales de producto

Siguen la norma ISO 14025. El cliente dispone de información sobre posibles impactos de un artículo en el medio ambiente. Para conseguir esos datos, se analiza el ciclo de vida del producto estudiando el proceso completo: desde la extracción de materias primas para su fabricación hasta que acaba su vida útil. Por tanto, son etiquetas con mayor nivel de detalle.

 

En cualquier caso, son varios los organismos emisores de etiquetas o sellos eco: asociaciones europeas, nacionales, de certificación forestal, relativas a eficiencia energética, etcétera. Resulta interesante observar las que aparecen en distintos productos y buscar información al respecto.

Aunque podría decirse que ‘bio’ y ‘eco’ son sinónimos, entre los consumidores es habitual establecer alguna diferencia entre los adjetivos. ‘Bio’ se entiende más como el producto natural que, por su calidad de nutrientes, es bueno y saludable. Por su parte, 'eco’ presenta un enfoque más medioambiental.

También se entiende que los productos ‘bio’ no han sido genéticamente modificados. No han pasado por una intervención de laboratorio para conseguir un mejor color o una mayor duración. Pero es incierto que todo producto no transgénico sea necesariamente ecológico. Todos los productos ecológicos están libres de transgénicos, aunque hay debate al respecto del sentido de mantener esta normativa.

De igual modo, la catalogación de ‘orgánico’ también hace referencia a alimentos sin modificación genética. Un alimento etiquetado como tal asegura que no se han usado pesticidas, fertilizantes y otras sustancias similares. La sutil diferencia residiría en que no todos los alimentos orgánicos son ‘bio’, ya que puede ser que no contengan químicos pero sí estén elaborados con productos manipulados genéticamente. Puede ser el caso de las uvas de un vino.

Así pues, hay pequeñas diferencias entre eco, bio y orgánico, lo que no significa que haya categorías que puedan convivir en un mismo producto. Tampoco carece de propiedades nutritivas todos aquellos que carecen de esta etiqueta. La alimentación puede gozar de un abanico tan amplio y variado que merece la pena disfrutar de ella con responsabilidad y sin excesos. Pero si tu apuesta está en este tipo de alimentos, ¡ya sabes algo más al respecto!

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