¿Cuál es la diferencia entre el vermut y el Martini?

No cabe duda de que tanto el vermouth como el Martini son dos bebidas que gozan de renombre en la sociedad por su cálido y envolvente sabor, así como por la gran variedad de combinaciones posibles que se pueden realizar con ellos mediante el uso de cítricos y botánicos. Prueba de ello es el vídeo que os recomendamos de Pepe Orts, mixólogo y brand ambassador de Toque, donde explica cómo elaborar un vermouth inolvidable. Como decíamos, ambas bebidas comparten una reputación elevada y son en muchos casos consideradas el mismo producto, si bien esto no es del todo correcto. ¿Quieres saber por qué?

¿Cómo nace el vermouth?

La historia del vermouth nace en Italia, si bien la palabra que le da nombre es de origen alemán: el significado de este término es ajenjo, una planta herbácea aromática utilizada en su elaboración. Una de las curiosidades de esta planta es que tiene ciertas propiedades tóxicas por las que se la puede catalogar como una planta venenosa, y sin embargo es la base sobre la cual se elabora este combinado. Su aparición data en el siglo XVIII, donde nace la tendencia de los vinos aromatizados con hierbas.

Se caracteriza por el intenso aroma que se desprende del herbaje utilizado y la variedad de colores que refleja: entre tonalidades blanquecinas y coloradas y pasando por matices amarillentos marcados. Además de cautivar a nuestros sentidos de la vista y el olfato, es en el momento de su cata cuando descubrimos su sabor dulce con ciertos toques salados y, en ocasiones y según el proceso de elaboración que ha atravesado, incluso un sutil punto picante.

Hoy por hoy nadie duda de la fama del vermouth, tendencia en el mundo de la coctelería gracias al carácter vintage que conserva incluso en las elaboraciones y combinados más modernos: es una bebida con carácter propio, si saber qué elementos usar para prepararlo es un arte, disfrutar de él también lo es. Recuerda que siempre puedes atreverte a experimentar con él gracias al estuche Premium para vermouth de Toque.

¿Cómo nace el Martini?

El Martini tiene en la actualidad más de marca que de cóctel italiano con historia. Nace allá por 1863 en Turín, conocida ciudad italiana rodeada por los Alpes. Su conquista global se debe al estilo glamoroso y sofisticado que lo define, una imagen que le debe, en gran medida, al clásico vermouth Martini & Rossi que acompañaba en las barras de todos los bares que visitaba al agente secreto más conocido en el mundo del cine: el agente 007, James Bond. Aunque en alguna ocasión el malo turno envenenase su bebida, el agente con licencia para matar ha sido fiel a este cóctail.


Al igual que el vermouth, se elabora a partir de cuatro elementos principales: vino, hierbas, azúcar y alcohol. Se comercializa principalmente como Martini blanco, pero tiene sus variedades en rojo, rosado, seco e incluso dorado, cada uno con su propio proceso de elaboración y su meticulosa y particular selección de hierbas.

Sin embargo, cuando mencionamos Martini en un entorno social clásico como una barra de bar, entendemos generalmente que hablamos del Martini seco, un combinado compuesto a base de ginebra con un chorro de vermouth servido en la clásica copa de cóctel, sin olvidar el adorno de la aceituna cruzada en su interior.

Entonces, la diferencia entre ambos es…

La diferencia entre ambos es la misma que comparten con el vermouth producido por cualquier otra marca: su elaboración. Vermouth es el término genérico para referirnos a esta bebida alcohólica, y Martini hace referencia al cóctel mezclado con ginebra, Dry Martini, cuyo nombre nace de la marca de vermouth más conocida a nivel internacional.

Quizás te sorprenda que la diferencia más básica se reduzca a eso, pero realmente hay otro aspecto importante en el que son bien diferentes: la imagen que proyectan. Como hemos comentado anteriormente, el Martini es un cóctel sofisticado que no pasa de moda, un combinado clásico y refinado en gran medida por lo chic de su presentación (la oliva con el palillo en el interior de la copa ha dado mucho juego en la industria cinematográfica). No sólo ha crecido con la galantería de James Bond, sino también con la elegancia de Frank Sinatra y la belleza de Marilyn Monroe. Su disfrute en las barras de los bares allá por la época dorada de Hollywood era casi un símbolo de estatus, y la herencia de todos esos distinguidos valores y cualidades siguen presentes en cada copa.

Por su parte, el vermouth tiene una imagen muy diferente. Más allá del estilismo proyectado hacia fuera, el auténtico valor de esta bebida deja en un segundo plano la apariencia y centra su mayor importancia en la experiencia del sabor. Los detalles estéticos están presentes, pero es en el proceso de producción de la bebida y en su elaboración en cualquier coctelería donde brilla esta delicia: gracias a la creatividad presente en el sector, el vermouth puede transformarse con sutiles toque de canela Cassia, vainilla Bourbon, o tiras del cítrico Kumquat. Y entonces llega ese instante en el que alzas la copa con tu mano, percibes el suave aroma que se desprende y tus ojos tratan de descifrar la gama de brillantes colores cálidos, para terminar envolviendo tu paladar en la experiencia del vermouth, de su textura y su sabor.

Seguramente podrás ver ahora ambas bebidas de una manera muy diferente, reconociendo el carácter particular de ambas y la belleza que encierran, cada una a su particular manera y con su propio encanto, e incluso valores más la experiencia única que proporcionan estos dos combinados. Ya sólo falta que salgas a degustarlos en buena compañía o que los elabores tú mismo y disfrutes de lo que creas. Con Toque, claro.

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