1. Cortamos el pollo en trozos.
2. En un bol, ponemos el yogurt griego, una cucharadita de sal, una cucharadita de curry y otra de garam masala. Movemos muy bien hasta que todo se integre y le agregamos el pollo.
3. Lo dejamos macerar toda la noche en la nevera. Esto hará que nuestro pollo esté aun más jugoso y además facilita que el sabor y el aroma de las especias se fundan en él.
4. Al día siguiente, doramos los ajos y la cebolla en una sartén o wok con un poco de aceite de oliva virgen extra.
5. A continuación, le añadimos el pimiento cortado en julianas y 3 cucharadas de salsa de tomate natural. Bajamos el fuego y dejamos que todo coja un color dorado.
6. Cuando haya obtenido ese color, apartamos en un plato el refrito y, en la misma sartén, añadimos el pollo con el yogurt y lo cocinamos a fuego lento.
Una vez esté el pollo cocinado, le añadimos las verduras que teníamos apartadas y, sin dejar de mover, vamos integrando la leche de coco a fuego medio-bajo.
7. Sazonamos de nuevo con sal y curry y dejamos hervir a fuego lento durante unos 15 minutos. Ya tendríamos el pollo al curry con leche de coco listo, pero… ¿Qué seria de esta receta sin un arroz basmati?
Ahora viene el truco. Si queremos un arroz basmati suelto y que no quede apelmazado, tenemos que ponerlo unos 20 minutos antes de cocinarlo en un bol con agua fría. Cuando vayamos a escurrirlo, volvemos a lavarlo bajo el grifo. Así soltara todo el almidón y nos quedara un arroz suelto y delicioso. ¡Buen provecho!