Preparación Dry Martini: cómo y cuándo hacer este coctel

Hoy hablamos de, sin duda, uno de los cócteles más famosos e influyentes de todos los tiempos: el Dry Martini. La fama de este combinado de origen americano viene, como muchos estaréis pensando, del más famoso personaje del escritor inglés Ian Freming, el agente secreto con licencia para matar, James Bond. Aunque tenemos que decir que, según los académicos de la coctelería, parece que el espía inglés no tenía mucho conocimiento sobre lo que es un buen Dry Martini, puesto que su “Vodka Martini, shaken, not stirred” no era tan ortodoxo ni estaba tan bien preparado como nos han hecho creer.

Hay varias teorías acerca de la creación del Dry Martini. La más famosa es la que cuenta que fue creado una noche cualquiera en el Knickerbocker Club de Nueva York en 1910, por el propio jefe de barra del local, el Sr. Martini. Otra de las versiones más extendidas es la del barman de San Francisco que ponía a sus cócteles el nombre del primer cliente que lo tomaba, en esta ocasión fue un cliente de un pueblo cercano que se apellidaba Martínez; apellido que se pronuncia en inglés de la misma forma que el cóctel. Aunque la versión más sorprendente sobre su creación es la que dice que fue creado en el Hotel Kilmanac de Nueva York, a finales del siglo XIX, para el multimillonario John D. Rockefeller, el cual solía acudir al local a diario a tomar una copa antes de la hora de la cena. No en vano este ha sido el cóctel preferido por grandes artistas universales como Luís Buñuel, Frank Sinatra o Ernest Hemingway, los cuales, a su vez, fueron grandes prescriptores del combinado.

El Dry Martini es un cóctel que, en principio, parece sencillo de preparar, pero que, dado su alto contenido alcohólico, si no se prepara correctamente podemos obtener una mezcla poco agradable. Con lo cual, realizarlo de forma perfecta requiere cierta práctica, elección y dominio de las proporciones, puesto que al ser un cóctel tan sencillo, es la precisión lo que puede marcar la diferencia y hacernos pasar de una simple mezcla de ginebra y vermouth a un combinado perfecto para multitud de ocasiones.

Para preparar este conocido cóctel necesitarás los siguientes ingredientes:

  • Una parte de vermouth blanco seco
  • Una parte ginebra
  • Un twist de limón
  • Una aceituna verde sin hueso

Respecto a los utensilios necesarios para ponerte manos a la obra, no puede faltarte ninguno de estos:

  • Un vaso grande para mezclar
  • Hielo
  • Colador
  • Una cuchara mezcladora
  • Una copa de cóctel

Una vez tengamos todos los ingredientes y utensilios listos, ya puede empezar la fiesta:

En primer lugar, en el vaso mezclador, ponemos abundante hielo, la ginebra y el vermouth blanco seco y lo mezclamos con la cuchara. Una vez hecho esto, lo dejaremos reposar treinta segundos para que el hielo enfríe la mezcla suficientemente, ya que es muy importante que el cóctel se tome muy frío.

como preparar un martini

Cuando haya pasado este tiempo, lo colaremos sobre la copa de cóctel, añadiremos la aceituna sin hueso y podremos sobre la copa un twist de limón, con lo que conseguiremos aromatizarla con un toque cítrico.

Un par de consejos importantes: si no quieres ser el blanco perfecto de los más críticos y ortodoxos evita utilizar aceitunas rellenas y no sirvas demasiada cantidad de una vez, puesto que el cóctel debe tomarse en frío.

Una versión diferente de la preparación del cóctel original es el Gibson, para el cual solo tenemos que sustituir la aceituna por una cebollita en vinagre.

Otra preparación del mismo cóctel es la que nos da una versión más fuerte y diferente del mismo. Para realizar esta versión, en el vaso mezclador pondremos el hielo, el vermouth y lo agitaremos fuertemente. Una vez realizado esto, vaciamos el vaso mezclador dejando el hielo, el cual está impregnado del sabor del vermouth, y añadimos la ginebra al gusto, volvemos a agitar y colamos la mezcla sobre la copa de cóctel. De esta forma, el sabor del vermouth se limita exclusivamente al que queda en los hielos, haciendo de esta una variante mucho más fuerte que la anterior.

Por otra parte, siempre podemos hacer nuestra propia creación sin salirnos demasiado del camino, y aromatizar este cóctel con otros aromas: en lugar de usar el clásico twist de limón, se pueden emplear botánicos como el cardamomo o el kumquat, que le darán una vuelta más a ese toque cítrico tan característico y son perfectos para usar cuando quieras desmarcarte de la versión más tradicional.

Lo habitual del Dry Martini es tomar sólo una copa o dos, puesto que su alto contenido etílico puede hacer resentirse a los que no están muy familiarizados con estos cócteles. Para hacer esto más llevadero te aconsejamos que lo acompañes con algún aperitivo salado, puesto que esta famosa bebida combina a la perfección con una gran variedad de estos snacks: galletitas saladas, frutos secos, etc.

Como ves, además de célebre, este es un cóctel muy versátil que, gracias a sus variantes, se puede adaptar al gusto de cada uno para convertirlo en un imprescindible del aperitivo, y después de lo que hemos visto en este post, su preparación seguro que te parece de lo más fácil, aunque nosotros te animamos a que practiques y consigas la precisión y destreza perfectas para que tus Dry Martini siempre tengan ese TOQUE elegante y glamuroso que hará que tus amigos empiecen a verte como un auténtico mixólogo con licencia para triunfar y, sobre todo, para disfrutar de lo que creas.

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